28 nov 2010

Cuando se apaga la luz, el Demonio la enciende

Fue un duelo caliente con todos los condimentos. Abrió el juego Hauche con una sutil definición tras un pase bárbaro de,  la figura, Pato Toranzo; lo empato rápido Carrusca y de arremetida puso Bieler arriba a la Academia. Todo en el PT.


En la previa, tanto los de Falcioni como los de Russo tenían fijada una sola meta: conseguir los tres puntos para entrar a la copa más importante a nivel clubes de América. La visita pegó primero y tuvo su premio.
Con el duelo “copero” en marcha, automáticamente los primeros avances fueron de Racing. Con algunas corridas de Fernández por la izquierda, las apariciones por todo el frente de Gio y el manejo sutil de Toranzo la visita hacía pie en Peña y Arenales, un reducto complicado. Avisó luego de una buena intercepción de G10 que no llegó a empujar Bieler. Aunque el dominio no se materializaba, la visita tenia el control del partido.
Al notar el envión, el local quiso contrarrestar y lo hizo de manera muy tibia Cuando se apaga la luz, el Demonio la enciende
. Hasta que promediando los 21’, apareció el buen criterio de Toranzo y la mejor definición de Hauche, que definió como el Chapulín. Poco duraría esta alegría, ya que tres minutos mas tarde un pase a espaldas de Aveldaño fue en busca de Ramírez, que descargo bárbaro con un taco para que Carrusca la cruce y emparde las cosas. Noche brava se venía.
De acuerdo a todo lo que se dice, ni el más bondadoso habrá pensado que ordenaría las cuestiones el mismísimo Bieler. El delantero capitalizó un rebote que salió hacia el medio del área y volvió a poner a Racing arriba. En realidad, el que volvió fue el propio Bieler, al gol. Previamente Cáceres había trepado con coraje por la derecha y luego de unos barullos la pelota busco al punta,  que pateando no muy bien la colocó al lado del palo. Difícil de explicar se hacía el encuentro, ya que sin haber visto mucho fútbol, tres goles poseía en caja.
Las ilusiones del local caían más aún, cuando a los 31’se retiró lesionado Walter Erviti. Racing se iba justificadamente arriba y con la seguridad que le había dado el mismísimo desarrollo del partido.
Llevó el partido al territorio que mas le convenía, de acuerdo al momento, el contexto, el espacio, al cual se sometía el partido. Ese fue el resumen de la segunda mitad. Racing cedió el terreno justo, aprovechó hasta el borde del área los espacios de Banfield y no pudo capitalizar lo mucho que insinúo hasta tres cuartos de cancha. Del complemento se destaca la buena labor de la mayoría, cada uno en su tarea determinada, los titubeos de De Olivera y los dos penales que se comió Pitana. Fue tan claro el que le hizo De Olivera a Ramírez, como el otro que le hicieron a Lugüercio cuando iba a rematar para rematar el partido. Aquellos que estuvimos en la cancha, más allá de las tensiones lógicas, fuimos testigos de una actuación sólida y convincente que permite seguir en la lucha por el objetivo copero. Por una dosis de lo que se vio hoy, por lo endeble de los demás competidores y porque el viernes viene GELP…


Fuente: Racing.com.ar

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