Tranquilidad para un cierre complicado

Se ganó un partido que había que ganar. Se ganaron dos encuentros seguidos, algo que no se conseguía desde las primeras dos fechas. Valla invicta. Siete juegos sin perder. Otro gol de Hauche y el primer grito de Toranzo. El placer de disfrutar a Giovanni. Con Ayala, al menos un central habla e intenta ordenar. El buen debut como titular de Pillud. El segundo tiempo de Zuculini. No se sumaba esta cantidad de puntos en un torneo Apertura desde 2002. Fueron varios los aspectos positivos que dejó el triunfo ante Gimnasia…

Racing lo ganó a partir de las individualidades. Hoy, Racing tiene jugadores que pueden abrir, resolver o remontar un encuentro complicado. Es una tranquilidad, no muchos los tienen. Obviamente, es peligroso si sólo se depende de eso. Y, en muchos pasajes del campeonato, queda esa sensación. Lo ganó por la exquisita asistencia de Giovanni (con él en cancha se perdieron únicamente dos partidos), el brillante taco de Hauche (cada vez con más confianza) y la muy buena pegada de Toranzo (lo necesitaba)…

Fueron 90 minutos en los que volvió a quedar en evidencia que la diferencia entre el equipo que tiene la pelota y el que la pierde sigue siendo importante. Ilusiona el Racing que toma confianza, hace circular el balón e intenta crear sociedades. El Racing que se sabe ganador suele tener muy buenos momentos de fútbol. Preocupa el que pierde las divididas, el que empieza a defender cada vez más atrás y el que sufre en cada centro cruzado. Contra Gimnasia no se le complicó más de la cuenta por las limitaciones del rival, se le puede complicar mucho en los últimos dos encuentros. Se vienen Godoy Cruz y Vélez. Dos buenas pruebas para establecer en dónde se está parado…

Fuente: Olé blog