28 nov 2010

Ganar, gustar y Goiás

Racing se llevó tres puntos clave para la Copa, mosstró buen nivel en el primer tiempo y espera una una mano de los brasileños ante el Rojo para ir a la Libertadores.
 
Fuente: Ole
Superó la responsabilidad profunda que le había impuesto ese empate insulso, decepcionante, contra Quilmes, uno de los peores equipos del torneo. Racing, esta vez, jugó el partido como una final con todas las letras. Ganó el compromiso que debía ganar, sin flaqueos, sin mentes débiles. Cimentó la victoria desde una actuación por momentos vistosa en el primer tiempo y en la parte final resistió la ventaja con un espíritu batallador. Al menos hasta hoy, cuando actúe Newell’s, la Academia estará en zona de clasificación a la Libertadores y rezando, de manera anticipada, para que Goiás salga campeón de la Sudamericana así Independiente no se queda con la quinta plaza. Banfield no pudo ni siquiera en el segundo tiempo pese a las facilidades con que contó.
El mérito de la Academia fue alcanzar en la etapa inicial lo que tanto reclamó Miguel Russo en el último tiempo: que el equipo aprendiera a manejar los tiempos, los ritmos de un encuentro. Racing fue el dueño de la pelota. Se plantó en el terreno rival, ganó claramente la lucha en el medio con la buena tarea de Zuculini en la recuperación. A partir de ahí, Racing le daba forma a una fluida circulación del balón construida por el buen destino que le daban Giovanni Moreno, José Luis Fernández y, principalmente, Patricio Toranzo.
Lo de Pato fue muy destacado. Activo, encarador, siempre con la actitud de pedir la pelota, rápido para desprenderse de la redonda y en el momento justo, como en esa asistencia deliciosa a Hauche. Gio se le asoció muy bien por momentos e hizo lo propio con Fernández en un par de ataques picantes por la izquierda. Otra virtud de Racing fue que, luego del empate de Banfield, enseguida metió el segundo y no lo dejó crecer.
El Taladro, encima, perdió a su jugador más talentoso: Walter Erviti, lesionado. Sin embargo, Chirola Romero -su reemplazante- aportó una clara distribución, Rosada se fue haciendo eje del medio y Ramírez se cansó de bajar pelotas como pivote. En la segunda etapa, Racing se retrasó demasiado y le cedió la redonda a Banfield (Gio bajó su nivel). Sufrió un par de sofocones, aunque su sacrificio y solidaridad en la lucha le permitió aguantar el resultado ante un adversario que no tuvo punch en los últimos metros. Y sueña con la Libertadores.

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