Así no va. Racing no supo cómo hacer engranar a Cappa. Y mirá que el filósofo puteador es fácil, tanto como su equipo. El bigote ya le temblaba cuando se fue al entretiempo perdiendo y la gente le reclamaba un triunfo. Tranquilos, muchachos, en su segundo paso por la Academia empató diez veces en un solo torneo, ustedes recién van cinco al hilo. Lástima esa siestita que permitió el empate... Tampoco es admisible que Racing no haya podido ganarle a este River. Otro clásico que se escapa contra un rival pobretón. No se jugó mal, tampoco bien. Lo que sí quedó clarísimo es que todo gira en torno a Gio Moreno y que el colombiano no puede solo. Sigue demostrando que tiene mucho más que pinta de crack, aunque en los segundos tiempos se cansa y no es tan determinante (tal vez sea una materia de la adaptación que aún le resta rendir). Lo importante es que Gio necesita socios y hoy no los encuentra en un equipo al que le cuesta tocar la pelota y que prefiere la bola larga a la corta. Toranzo sería el indicado, pero su alto porcentaje de pases errados lo convierten más en una carga que en una solución. En especial porque muchas pelotas pasan por él, lo que habla de su guapeza para intentar siempre aunque ese coraje termine siendo contraproducente para el equipo. El punto vuelve a dejar a Racing en la meseta casi habitual, ni fu ni fa. Se reconoce la intención inicial de Russo de salir al Monumental con el mismo equipo que destaca de local y de no retroceder posteriormente con los cambios. Sin embargo, falta ese plus para poder cortar la racha de cinco sin ganar fuera del Cilindro.
Fuente: Olé
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